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Los ingenieros químicos han mejorado nuestro bienestar y contribuido al desarrollo de la sociedad

El Congreso Internacional de Ingeniería Química que organiza la Asociación Nacional de Químicos de España (ANQUE) en Sevilla a finales de junio dedicará parte de su programación a organizar actividades específicas para los jóvenes. El Career Development Workshop; la mesa Redonda «Oportunidades de Movilidad»; y los Premios ANQUE ICCE para jóvenes investigadores permitirán poner sobre la mesa el enorme potencial y capacitación de los jóvenes investigadores españoles así como sus oportunidades laborales.

«Mil doscientos nuevos ingenieros químicos salen al mercado laboral cada año con una muy buena formación científico-técnica», señala Carlos Negro, Presidente de ANQUE. «Este dato, unido a que la producción científica española en este sector ocupa la tercera posición en calidad a nivel mundial es un claro indicador del excelente nivel de la profesión en nuestro país».

Durante el Congreso organizado por ANQUE se debatirá sobre la contribución del la ingeniería química al desarrollo de las sociedades y sectores industriales como la alimentación, bebidas, industria manufacturera, componentes electrónicos, o trasportes. Combinando ciencia química con la disciplina de la ingeniería, los ingenieros químicos han mejorado continuamente nuestro bienestar desde hace más de cien años, diseñando y fabricando materiales y productos esenciales para nuestra sociedad moderna.

Las cifras en el sector animan a seguir apostando por la innovación como motor del empleo y factor de competitividad para plantar cara a la crisis:

– Es el primer inversor privado en I+D+i, acumulando el 25% de todos los recursos destinados en España a esta área.

– Lidera la inversión privada española en I+D+i, y uno de cada cinco investigadores que trabajan en la industria española, lo hacen en el sector químico. Representan un 20% del total de la industria.

– Genera más de 500.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos. El 91% de los contratos laborales del sector son de carácter indefinido, frente al 65% de la media nacional.

Un Congreso con carácter internacional
El Congreso de ANQUE se desarrollará del 24 al 27 de junio en Sevilla y se espera recibir más de 500 visitantes de todo el mundo. El Programa Científico incluirá tres Conferencias Plenarias a cargo del profesor de la Universidad de Dinamarca, Rafiql Gani, vicepresidente de EFCE (European Federation of Chemical Engineering); Manuel Doblare, profesor de la Universidad de Zaragoza y Director Científico de Abengoa; y Herman J. Feise, Senior Rechearch Manager Science Relations de la multinacional BASF. El contenido científico contemplará más de 750 ponencias estructuradas en 15 áreas temáticas, que cubrirán distintos aspectos, mostrando el carácter multidisciplinar de la Ciencia, tan necesaria en ámbitos tan diversos de la industria y la sociedad.

Las sesiones se complementarán con dos mesas redondas (Innovación y Sostenibilidad; e Ingeniería Química y Sociedad); además, en el marco del Congreso se celebrará la Cumbre de la Industria Química.

El Sector está integrado en nuestro país por más de 3.000 empresas, que generan un 11% del PIB y más de 500.000 puestos de trabajo; es líder en inversión en I+D+i (25% del total industrial) y primero en inversión en protección del medioambiente. Supone un elemento esencial para mantener la economía del país, siendo el segundo sector más exportador – más del 50% de su producción se destina a la exportación.

La ANQUE, con más de 60 años de historia, es hoy una asociación de reconocido prestigio que cuenta con más de 11.000 asociados, siendo la asociación de químicos más numerosa de nuestro país y la mejor implantada en todas las comunidades autónomas. En el plano internacional ocupa la tercera posición en liderazgo a nivel europeo después de las sociedades británica y de la alemana. En 2017 será una de entidades organizadoras del Congreso Mundial de Ingeniería Química ? que por primera vez se celebrará en España- junto a IQS, SEQUI y AEIC.

Fuente de la nmoticia: elEconomista.es

Un ingeniero químico y un oftalmólogo conquistan Harvard en busca de una cura para la ceguera corneal

Francisco Martín-Martínez, ingeniero químico del prestigioso MIT de Boston y el oftalmólogo Miguel González-Andrades, que trabaja en la popular Universidad de Harvard, dieron a conocer en esta institución, número uno mundial, su trabajo conjunto sobre cómo implantar sistemas de materiales complejos de córneas artificiales.

Fran Martínez y Miguel González, son dos claros ejemplos de talento emigrado.  En 2014 abandonaron Granada para cruzar el charco. Desde entonces ambos desarrollan en Estados Unidos su actividad profesional y ahora sus caminos confluyen. «Nuestro objetivo final es encontrar una cura definitiva a la ceguera corneal», avanzan. Ahí es nada.

La pregunta es clara. ¿Cómo lo van a conseguir? Por un lado Fran, Ingeniero Químico y Doctor en Química por la Universidad de Granada, investiga el diseño, modelado, y síntesis de materiales con aplicaciones en energía, biomedicina, e incluso infraestructura. Por otro lado Miguel, malagueño de nacimiento y Doctor en Medicina por la Universidad de Granada y especializado en Oftalmología, es reconocido internacionalmente por sus trabajos pioneros en la generación de córneas artificiales para tratar la ceguera corneal. Su colaboración, por tanto, pretende establecer qué materiales de los diseñados por Fran se pueden aplicar a las investigaciones que lleva a cabo Miguel. «Yo trabajo con el diseño molecular de nuevos materiales, y en particular en nanomateriales y en biomateriales, que son los ámbitos que más le interesan a Miguel», nos cuenta el granadino del MIT.

-¿Cómo explicarías a alguien sin conocimientos lo que estáis haciendo?

-Fran: Usamos ordenadores para diseñar materiales. Podemos predecir cómo son sus propiedades y por tanto fabricar aquello que hemos predicho.

-Miguel: Generamos tejidos artificiales en el laboratorio con el fin de sustituir tejidos u órganos dañados en pacientes, de modo que no se precisarán donantes para realizar trasplantes.

Con esta encomiable tarea bajo el brazo se presentaron el pasado 11 de mayo en Harvard, concretamente en el Schepens Eye Research Institute (Instituto de investigación de excelencia internacional  en investigación ocular), afiliado a la facultad de Medicina de la prestigiosa institución académica. Ante ellos, un auditorio de 50 personas deseosas de escuchar cómo pretenden ejecutar sus aspiraciones. El resultado no pudo ser mejor. «El hecho de presentar sobre lo que hemos trabajado durante cuatro años ante un público especialista en la materia, hace que se convierta en un momento a disfrutar», detalla Miguel. «Creo que gustó mucho. Y también convencimos a los asistentes del potencial que la combinación de simulaciones y experimentos tiene para el desarrollo de nuevos materiales con aplicaciones en medicina», añade Fran. La importancia de la cita no se tradujo en nervios, «aunque sí en incertidumbre con respecto a la audiencia», matizan, «pero de desvaneció al poder defender con calma y confianza nuestro trabajo», sentencian.

De vuelta al día a día, ambos continúan su labor de investigación, tanto por separado, como de manera conjunta. Los materiales con los que opera Fran tienen aplicaciones en áreas muy diversas. En nanotecnología, con el grafeno y los nanotubos de carbono para energía (baterías, electrónica, energía solar); materiales de biomasa (algas, madera, estiércol) con aplicaciones en infraestructura (asfalto); y también medicina (materiales con seda, y distintos tipos de proteínas).»Estos últimos, y también los nanomateriales son los que más me acercan a lo que hace Miguel», recuerda el granadino. El malagueño, por su parte, explica que anda centrado en «la generación de tejidos artificiales que puedan sustituir a la córnea humana cuando está dañada. La córnea es la capa más superficial del ojo, una capa de tejido transparente que está por encimad e la pupila y del iris, donde se apoyan las lentillas que mucha gente usa. Es un tejido fundamental para tener una correcta visión. De modo que cuando se daña, puede provocar pérdida de agudeza visual e incluso ceguera».

Miguel establece en este punto el fin último de esta sinergia. «Esperamos que nuestra investigación con nuevos materiales nos permita desarrollar tejidos artificiales que puedan sustituir una córnea humana dañada y restaurar la visión de los pacientes afectados por enfermedades corneales. Actualmente, estamos desarrollando experimentos en animales de algunos de los modelos generados en mi grupo en Harvard, los cuales, si funcionan como esperamos, podríamos pasar a medio plazo a la evaluación clínica», avanza.

 

El futuro, ¿lejos de España?

Echando la vista atrás Miguel recuerda cómo, en 2013, cuando aún era adjunto de Oftalmología en el Hospital Universitario de San Cecilio, recibió el premio a los mejores innovadores menores de 35 años del MIT Technology Review edición España, que conlleva un viaje a Boston para conocer el entorno emprendedor de la ciudad. «Allí pude reunirme con el Profesor Dohlman , leyenda viva de la oftalmología con 95 años. En ese mismo momento me ofreció un contrato por un mínimo de dos años con la libertad total para desarrollar nuevas líneas de investigación para la generación y mejora de córneas artificiales», revela. Aquel mismo año Fran recibió una oferta del MIT mientras trabajaba en Bruselas. Han pasado casi 5 años desde entonces y ambos reconocen que les gustaría regresar, «Si no a España, al menos a Europa», según Fran. Miguel concreta algo más: «La familia y la tierra tiran, y en nuestro caso, hace ya algunos meses que andamos yendo y viniendo de Boston a Granada mensualmente por un tema familiar, y por tanto la opción de regreso se ha contemplado».

A la espera de que llegue ese momento, los dos genios «made in Granada», admiten que «nuestros campos son punteros y con mucho futuro, pero también son muy competitivos. EE.UU es un lugar muy bueno para investigar, pero tampoco es el único. Hay muchos países europeos donde también se hace investigación puntera, y por supuesto también en España, donde hay gente que hace una investigación excelente». Fran especifica más: «El entramado burocrático y endogámico de la Universidad, no ayuda a la incorporación de talento. Pero aún así, hay casos en los que se está haciendo las cosas bien, y quiero pensar que se está cambiando hacia mejor». Miguel reconoce que en Estados Unidos ha encontrado «total libertad y recursos para llevar a cabo todas mis ideas. Además, Boston te ofrece jugar en la primera liga a nivel profesional-científico. Es como jugar en la NBA. Tanto Harvard, como el MIT, donde Fran trabaja, siempre están con las primeras Universidades a nivel mundial en todos los rankings».  Con respecto a España, admite que » se puede y se hace investigación de calidad. Sin embargo», agrega, «la falta de inversión tanto a nivel público como privado en ciencia así como un sistema anquilosado en el pasado donde en vez de primar la meritocracia, reina la burocracia extrema y la endogamia, dificulta mucho. e incluso bloquean, el progreso de la ciencia en nuestro país».

Fran, que también es presidente de ECUSA, la organización que aglutina a los científicos españoles en Estados Unidos , sostiene que todos ellos coinciden en que «es importante desarrollar un modelo económico que promueva la investigación y la innovación como un motor esencial para la creación e riqueza y bienestar, lo que no parece que esté claro en muchos de los sectores de la administración española». Según opina, «no se trata de evitar de que la gente salga fuera, sino de dotar al sistema de los mecanismos suficientes para que aquellos que lo deseen, puedan volver en condiciones que permitan realizar su trabajo de manera adecuada, y ahí aún queda mucho por hacer».

Y es que la competencia es «altísima», como descubre Miguel. «Nuestro Instituto de investigación en Harvard parece la ONU. Por ejemplo, en el grupo que yo lidero, todos somos de fuera. Sólo importa el currículum y las capacidades que uno tenga. En la facultad de Medicina de Harvard los investigadores principales, incluyendo titulares y catedráticos, tienen que conseguir proyectos competitivos para financiar no solo sus investigaciones (tanto personal investigador como materiales) sino también sus salarios. Sino lo logras, te invitan a irte», concluye. Él y Fran,  sin embrago, aguantan. Y de qué forma.

Fuente de la noticia: IDEAL Granada.

 

 

 

 

 

 

Un Ingeneiro Químico español investiga sobre biomasa en el MIT

Diego López Barreiro, graduado en Ingeniería Química en la USC, investiga sobre biomasa en uno de los centros de investigación más prestigios del mundo, el MIT.

«Creo que nunca conocí a ningún niño que diga que de mayor quiere ser Ingeniero Químico», dice Diego López Barreiro (Santiago de Compostela, 1987). Tampoco era su caso. La decisión la tomó «despacio, durante los años de Bachillerato». Pero con todo, acabó siendo eso que ningún niño tiene exactamente en la cabeza. «Me gustaba la ciencia básica, pero también la aplicación práctica. Ingeniería Química me parecía (y me sigue pareciendo) una de las carreras que mejor combina los aspectos fundamentales de la ciencia con el enfoque industrial y aplicado típico de las ingenierías.» Y también influyó el hecho de que la carrera se pudiese estudiar en Santiago, «una ciudad hermosa para se estudiante». Un camino que le acabó llevando donde está hoy, en el Massachussets Institute of Technology (MIT), una institución puntera en la ciencia mundial, de donde salieron decenas de premios Nobel. La de Diego es una historia de esfuerzo y constancia, pero también con una porción de casualidad.

Desde el Bachillerato, Diego ya tenía otra idea clara: «Quería vivir unos años fuera de Galicia», recuerda. Desde que tuvo la oportunidad hizo intercambios, prácticas y cursos en el extranjero, y cursó un Erasmus en Berlín. «Allí entre en contacto con la investigación en biomasa; me interesó mucho el tema y decidí prorrogar la estancia fuera de Galicia unos años más para hacer la tesis». Gracias a una bolsa de postgrado de la Fundación Barrié consiguió tener libertad para elegir la temática de las tesis. Contactó entonces con profesores centrados en el estudio de la biomasa. «Acabé haciendo una tesis doctoral entre la universidad de Gante (Bélgica) y el Karlsruhe Institute of Technology (Alemania). Salir al extranjero me permitió entrar en contacto con gente de muchos sitios diferentes y conocer nuevas técnicas y nuevas formas de trabajar, y es algo que desde luego le recomiendo a todo aquel que pueda hacerlo».

Y fue aquí cuando el camino de Diego se juntó con el de su actual grupo en el MIT. Allí estaban iniciando «una línea de investigación en una técnica para producir materiales derivados de la biomasa (proceso hidrotérmico) que yo estaba usando en mi tesis para producir biocombustible a partir de microalgas», cuenta el científico gallego. Y entonces, «uno de mis jefes actuales aquí, en el MIT, sabía de mis trabajos en esa técnica y me contactó cuando estaba acabando la tesis. Así fue como inicié un postdoctorado en el MIT».

En sus tesis, Diego López Barreiro estudió «la conversión hidrotérmica de microalgas para producir biocombustible, y como tratar las aguas residuales del proceso, que son una gran fuente de nutrientes y de compuestos orgánicos». Actualmente sigue empleando el proceso hidrotérmico de biomasa, «pero para obtener materiales, no biocombustibles».

La biomasa es una materia prima con muchos usos potenciales. «No dejan de maravillarme todas las cosas que somos capaces de derivar de la biomasa. Producimos electrodos para baterías, membranas para filtración de agua, sensores de humedad, aditivos para mejorar la durabilidad y la sostenibilidad del asfalto, o materiales para uso biomédico, combinando materiales derivados de la biomasa con polímeros derivados de proteínas… Venir al MIT me permitió expandir mis perspectivas sobre el uso de biomasa para la producción de materiales sostenibles. En un futuro, espero que podamos sacar nuestras investigaciones del laboratorio y desarrollar materiales que tengan un uso en la vida real«.

¿Y qué supone vivir y trabajar día a día en el MIT? «Estar aquí, o en cualquier otro centro de renombre, teniendo acceso a investigadores de alto nivel y a mayores recursos económicos, es un medio para hacer la mejor ciencia que puedas. Si te gusta a investigación científica, el MIT es un sitio apasionante, por todas las cosas que están sucediendo a tu alrededor».

Pero hay, como en todo, una cara algo menos amable. «En mi opinión, en los EUA, y en especial en sitios como el MIT o Harvard, hay una forma de trabajar demasiado individualista, que se centra mucho en la carrera profesional y con una competencia desmedida». Además, señala Diego, «En el ámbito personal, pasar de investigar biocombustibles a trabajar en ciencia de los materiales fue complejo y supuso el aprendizaje de muchos conceptos nuevos. Poco a poco me voy sintiendo cómodo, pero es una experiencia intensa, desde luego».

Fuente de la noticia: GCIENCIA. O PORTAL DA CIENCIA GALEGA.

 

 

 

 

 

Candidaturas al Programa de becas para la asistencia a las XXXV Jornadas Nacionales de Ingeniería Química (Salamanca 2018)

La Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Química ha puesto en marcha un programa de becas para fomentar la asistencia y participación del alumnado de Grado y Máster de Ingeniería Química de sus instituciones asociadas en las XXXV Jornadas Nacionales de Ingeniería Química . Han presentado su candidatura para solicitar dichas becas los siguientes alumnos:

 

  • Antonio Gómez Manrique.
  • Rafael Delgado García.
  • Diego Aranda Ibáñez.
  • Lucía García Rodríguez.
  • Salvador Asensio Delgado.

 

Programa de Becas para la asistencia a las XXXV Jornadas Nacionales de Ingeniería Química (Salamanca 2018)

La Conferencia de Directores y Decanos de Ingeniería Química quiere apoyar la asistencia de los estudiantes a las XXXV Jornadas Nacionales de Ingeniería Química, que se celebrarán en Salamanca del 4 al 6 de julio. Con este motivo pone en marcha un programa de becas para fomentar la asistencia y participación del alumnado de Grado y Máster de Ingeniería Química de sus instituciones asociadas.

Convocatoria de becas.

IV Congreso de Innovación Docente en Ingeniería Química (CIDIQ)

La celebración de la cuarta edición del CIDIQ, que tendrá lugar en la Universidad de Cantabria (21-23 enero de 2018), mantiene el espíritu de las ediciones anteriores al presentarse como un punto de encuentro para quienes buscamos mejores formas de ejercer la docencia en el área de la Ingeniería Química. Se trata del foro idóneo donde intercambiar reflexiones y experiencias en el ámbito de la innovación metodológica y docente.

En las primeras ediciones, nos iniciamos en la puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior, con todos los retos que ello suponía. Para esta edición, ya hemos acumulado algunos años de rodaje y podemos reflexionar y hacer un balance de los resultados obtenidos, lo que sin duda nos puede llevar a mejorar la calidad de nuestra docencia y del aprendizaje de nuestros estudiantes. Sigue leyendo

XXXV Jornadas Nacionales de Ingeniería Química – Universidad de Salamanca

Las trigésimo quintas Jornadas de Ingeniería Química, continuación de aquellas que empezaron a celebrarse a finales de los sesenta,  serán un Simposio de lo que es hoy día la Ingeniería Química, no solo desde el punto de vista de docencia, sino también por dónde camina la investigación en esta rama del saber que al fin y al cabo es lo que va a condicionar la docencia.
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Congreso EUROMEMBRANE 2018 – Universidad Politécnica de Valencia

El Congreso Euromembrane 2018 está organizado por el Instituto Universitario de Seguridad Industrial, Radiofísica y Medioambiental (ISIRYM) de la Universidad Politécnica de Valencia junto con la Sociedad Europea de Membranas (EMS), y se celebrará del 9 al 13 de julio del próximo año. La serie de Conferencias Euromembrane serán un foro excepcional para un intercambio intensivo e inspirador de conocimiento en una amplia gama de ciencia y tecnología de membranas. El Objetivo de Euromembrane 2018 es reunir a científicos académicos e industriales del campo de la ciencia y la tecnología de membranas para estimular contactos e intercambiar nuevas ideas sobre su trabajo de investigación.

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